El Segundo Estilo Pompeyano, también conocido como «Estilo arquitectónico», se reconoce por el uso de elementos arquitectónicos pintados en tres dimensiones. Proviene del Primer Estilo, mejorandolo.

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El Contexto
El Segundo Estilo o «ilusionismo» tenía paredes decoradas con elementos arquitectónicos y composiciones destinadas a «engañar el ojo». Esta técnica, difundida en la pintura de la Antigua Roma, consistía en resaltar determinados elementos para darles un aspecto de realidad tridimensional. Muchos elementos de este nuevo estilo recuerdan los del Primero, para después cambiar gradualmente y desarrollar características propias.

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Además está caracterizado por el uso de la perspectiva relativa, usada para dar la idea del «trampantojo» en la pintura sobre las paredes. El plano de la imagen se llevaba al fondo de la pared a través de elementos arquitectónicos pintados, como Columnas Jónicas o plataformas escénicas. Estos frescos se utilizaban para ampliar los espacios de las moradas romanas sin ventanas.

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Imágenes y paisajes comenzaron a ser dibujados según el Primer Estilo y después adquirieron importancia con motivos ilusionistas y arquitectónicos. La decoración se utilizaba para crear una importante sugestión de profundidad. Los elementos paisajísticos, cubrían toda la pared dando la sensación de que el observador miraba una escena real. En el Segundo Estilo maduro, el objetivo fue pintar escenas de naturaleza. Aquí la profundidad se debía al uso de la perspectiva atmosférica.
Las tres fases del estilo

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Es posible distinguir diferentes fases que caracterizan el Segundo Estilo:
FASE 1: La primera fase del Segundo Estilo fue la introducción de la profundidad como característica principal. A menudo comprendía columnas dibujadas delante de una pared de mármol falso (imitación) o de un techo prospectivo ilusorio.
FASE 2: En la segunda fase del Segundo Estilo, los pintores comenzaron a experimentar modos más complejos de concebir las perspectivas. Las paredes de la habitación forman parte del espacio pintado, creando la ilusión de una habitación dentro de otra.
FASE 3: En esta fase final del Segundo Estilo, toda la pared está pintada como una arquitectura ilusoria con arcos, bóvedas y columnas. Esta fase disponía también el uso de muchos temas exóticos, como grifos dibujados, esfinges y criaturas fantásticas.

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Este estilo permite abrir la pared dando la ilusión de ventanas y pórticos que se asoman sobre escenas imaginarias dibujadas con sombreados y perspectivas realisticas, creando la ilusión de mirar al exterior a través de una ventana. La arquitectura pintada en este estilo era masiza y sustancial, con una perspectiva de varios puntos.
El Legado del Segundo Estilo
Se encuentran ejemplos del Segundo Estilo en el triclinio de la Villa Oplonti, en le Villa de los Misterios y en los frescos de la Villa de Boscoreale, hoy conservados en el Metropolitan Museum de Nueva York y en el Museo Arqueológico de Napoli.

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Fuentes: http://www.essential-humanities.net/western-art/painting/rom